Apetece morder esclavinas, caminarse hasta los medios a pesar del viento que sopla, colocarse en el sitio con los pies bien juntitos y no cambiar de terrenos.
Por que hay profundidades que no entienden de competencias autonómicas, ni de defensas, ni de ataques. Hay equipajes tan íntimamente vitales que acompañarán a un servidor hasta la última tarde, hasta su propio arrastre.
Por eso y por que uno tiene una deuda con el sentimiento va este refrito:
Qué quietud, qué hondura planeada, qué encuentro y desencuentro entre VIDA y MUERTE,
qué silencios rotos por el estrépito del capote, qué remolino de tierra destapa el paso del toro,
qué dolor en la batalla, qué cicatrices de amor, qué heridas abiertas de pasión.
Vestirse de oro y plata para ir al encuentro.
Templar para sentir pasar.
¡Qué no me atrape la luz de tus pitones!
Éxtasis siento cuando lo veo, oleada eléctrica que recorre mi espalda.
Pero eso es recibir la transmisión del arte, no entro en discusiones, hay cosas que no discuto, me quedo con lo que siento.
No hay explicación, sólo sentimiento.
¿Incompatibilidad con los ecosistemas?
Pues no se. Me gusta lo natural,
...también los naturales del maestro
Hoy, va por ellos: http://lagrantemporada.blogspot.com/
N.del A. : La foto la busqué hace años en internet, si hay derechos de autor, se los debo al fotógrafo, a Curro Romero y al toro. Nunca a Tedyy Bautista.
2 comentarios:
Javier: muchas gracias por la cita, por acordarte de la Fiesta y de nosotros.
Un abrazo
Entre esos pases ondea tu pluma, retando a leerte desde tu sitio, los pies en la arena y el brazo firme, extendiendo el capote sutil te arrimas y nos dejas exhaustos con tu suerte.
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