21 febrero 2007

Donde digo Diego

Se lo tienen que mirar, no está dentro de la normalidad, roza lo patológico, el DSM-IV (manual diagnóstico de los trastornos mentales) la biblia en verso vamos, todavía no lo define, pero todo llegará, seguro que en el DSM-V le dedican un monográfico.

Hace tiempo que pasó los límites de la normalidad, me refiero, evidentemente al síndrome del “donde digo Diego” o más conocido por el mal de "mireusté, señor Zapatero” y que como si fuera una pandemia afecta a los dirigentes del PP.

Al principio, los síntomas fueron una preocupante falta de asunción de responsabilidades, achacadas por una manifiesta falta a la verdad y a la realidad, se agravó con un calentamiento global de “España se rompe”, paranoicas conspiraciones, reforzadas con los palmeros finos del “sueño de la razón produce mundos”. En la actualidad han evolucionado a una cronificación (aunque es claro que se trata de una espiral involucionista) “de la culpa fue del cha-cha-chá” (es decir el gobierno).

Si existen los océanos por donde navegan pateras, mercantes y cayucos con inmigrantes en hipotermia, es culpa del gobierno socialista.

Si hay abstención en las elecciones del estatuto de Andalucía también es culpa de la misma administración, aunque previamente el PP apoyara el SI y presuntamente, el apoyo incondicional a la participación de todos los ciudadanos. Se bajan de los carros por que las altas miras siempre les produjeron vértigo.

El Síndrome del “donde digo Diego” es un alejamiento de la realidad, la realidad de no saber leer la abstención como una posible falta de movilización de los políticos a la ciudadanía.
Si, son curiosas las lecturas de abstención como en las elecciones del año 2000, aquellas elecciones donde el gobierno del PP pasó a tener mayoría absoluta, esas mismas elecciones tuvieron un 31.29 % de abstención, el más elevado desde 1979, evidentemente no fue culpa del gobierno, si no todo lo contrario por lo guapos y guapas que eran todos y todas, demostrándolo desde la terraza de Génova sacando pecho y con ojitos pintureros.

La dolencia se acentúa más en Madrid, ese lugar de referencia donde periódicamente (ya es casi un ritual) los de “donde digo Diego” les da por hacer la calle. El Sábado toca. La AVT y el PP codo con codo, pancarta con pancarta, grito con grito se manifiestan en contra de… “no del supremo no”, han rectificado aunque ya es tarde, les ha salido la foto, la misma foto que todavía no se ha puesto sepia de “respetar las decisiones del Tribunal Supremo”. No, es en contra del gobierno y como homenaje a las 25 víctimas de Juana Chao. Es curioso, cuando la objetividad de los hechos nos dice que el matarife este hoy está en prisión, es también pintoresco que el partido político que encabeza manifestación el sábado, sea el único que hasta el momento decidiera beneficios penitenciarios para el de las fotos en el 12 de Octubre, cuando en lugar de ser oposición era gobierno. El mismo gobierno que en 1998 puso en libertad a cinco presos de ETA “por cuestiones humanitarias” , entre ellos a otro verdugo Mikel Sarrasketa. Las víctimas de este pollo no tendrán homenaje el sábado. Sus muertos no cuentan, para el PP y Alcaraz la culpa fue del cha-cha-chá, pero para los "donde digo Diego" no son rentables electoralmente. Mikel, el etarra, no sale en el “The Times”.

A ellos no les preocupa su carencia de credibilidad a mi me preocupa su distorsión de la realidad.
¿Cómo ser oposición sin verdad y sin moral?

De la misma forma que ya fueron gobierno sin ninguna de las dos.




09 febrero 2007

Buenos días, he vuelto al blog

Hace algún tiempo que no paso por aquí, tengo el blog con las persianas bajadas, con esa oscuridad polvorienta de casa a punto de ser deshabitada, mi amigo Paco Hurtado entre cursos en Galapagar, lecturas de Alatriste y aparecer en las listas electorales al Ayuntamiento de Cáceres (por cierto las municipales de Cáceres este año, caen en 13) pasaba de vez en cuando, asomándose desde la puerta, luego me llamaba para decirme que se me iban a secar las plantas del balcón. Como me descuide, en una de estas me alquilan el blog,

Por debajo de la puerta han pasado las cartas de todos los hechos de este último mes, hechos, que en la mayoría de los casos es tarde para responderles, para dedicarles un motivo de la presente, por que ya tuvieron su solución o están desgastados de tanto manoseo.

Pasó el fin de un año, el fin de una negociación con retorno de estallidos y muertos, la vuelta de las manifestaciones que piden paz que plantan cara a los que causan dolor, donde se ausentan cobardemente los que gritan a los que buscan la paz, los que convocan en el alto el fuego, los que piden inscribir libertad en las pancartas pero son incapaces de dignificarla cuando desfilan por Madrid a las órdenes de Génova. Está bien escrito desfilan, si acaban con el himno de España y le marcan el paso está claro que es un desfile y no precisamente de modelos.

A pesar de los días de ausencia, mis colmillos siguen afilados, la verborrea mordaz a flor de piel. Aunque a veces, tampoco es necesario mantenerse a la espera, las cosas y los casos llegan.

Como muestra el ínclito Aznar nuestro ex, expresidente claro por que otra relación con él nunca osé tener. Ese hombre digo, que como Urdaci espera salir en el Club de la Comedia, con monólogos absurdos pero poco graciosos, en cosas de la guerra ya estaba Gila. Las guerras de Aznar son batallas con muertos colaterales y directos, con apologías de pena de muerte con cuatreros en la horca, al estilo de Kansas, las guerras de Aznar es instaurar la democracia a golpe de marine. La guerra de Aznar, esa desconocida, era una verdad a voces coreadas desde la ONU, desde los ciudadanos, desde todos aquellos que no fuimos escuchados en las Azores.

Ya lo dice Acebes, otro ex con personalidad propia, “Si lo ha dicho el señor Aznar, bien dicho está”, como Valhondo, punto redondo.

Si, quedan las palabras pegadas en la memoria, como rastro canino en mis suelas de goma.

Buenos días, he vuelto al Blog.